En este video, Rebecca Landa, PhD, CCC-SLP, fundadora y directora del Centro de Autismo y Patologías Relacionadas, del Kennedy Krieger Institute, entrega algunas indicaciones para detectar de forma temprana el TEA. El centro fundado por la Dra. Landa combina programas educativos, conductuales, clínicos, de diagnóstico, ambulatorios y de extensión para crear un tratamiento que se adapta a las necesidades particulares de los niños y sus familias.
La investigación de la Dra. Landa se ha centrado en los procesos neuropsicológicos, de aprendizaje y de comunicación en el autismo a lo largo de la vida. Su trabajo de investigación, clínico y comunitario durante los últimos 15 años se ha centrado en identificar los marcadores y las trayectorias de desarrollo asociadas con trastornos del espectro autista (TEA) y trastornos de la comunicación, y traducir ese conocimiento en intervenciones escalables que puedan implementarse de forma viable en entornos comunitarios donde se puede lograr el mayor impacto.
Antes de 2005, los investigadores, padres y médicos dependían únicamente de estudios retrospectivos o informes de casos para comprender los primeros indicadores de TEA. La Dra. Landa fue parte del grupo de investigación original que determinó que el TEA era hereditario. Ese mismo grupo descubrió que había un continuo de características de TEA, y que los miembros de la familia de las personas con TEA pueden exhibir un conjunto de características de procesamiento de la conducta y de la información que son similares a las de TEA, pero mucho más leves. Esto se conoce como un «fenotipo de autismo más amplio». Para avanzar en la comprensión del campo de los primeros signos de TEA, y cómo los bebés con TEA aprenden (para que se puedan desarrollar tratamientos más efectivos). La Dra. Landa fue pionera en un nuevo diseño de investigación, que involucra el estudio de hermanos de niños con autismo y estos bebés en sus años adolescentes. Este enfoque prospectivo de investigación longitudinal se conoce como el diseño de «hermanos de alto riesgo».
La investigación de la Dra. Landa mostró que aproximadamente el 20% de los hermanos menores de un niño con TEA también tienen TEA (replicado por el Consorcio Baby Siblings Resarch – Ozonoff et al., 2011). Su trabajo demostró que las diferencias motoras a la edad de 6 meses son predictivas de TEA y retrasos en la comunicación y que hay un período prodrómico para TEA. También mostró que existen diferentes patrones de inicio de TEA y patrones de trayectoria de desarrollo múltiples en hermanos de alto riesgo. De lo que aprendió en su investigación con bebés con mayor riesgo de TEA, la Dra. Landa desarrolló un breve tutorial de los primeros indicadores de TEA (video que se adjunta más abajo).